Sientes que deseas algo con todas tus fuerzas. Lo quieres. Tienes una meta fijada para alcanzar tu objetivo. Haces miles de millones de planes para conseguirlo. Porque crees que estás cerca de alcanzarlo, pero, el segundo siguiente, te chocas contra una pared. Una pared fuerte, fría y húmeda. Una pared imposible de traspasar. Porque con cada paso que das sientes que lo único que haces es retroceder. Estás muy segura de lo que haces y entonces pones el píe en el suelo y es como si la realidad te pegase con todas sus fuerzas en medio de la cara. Y es desmoralizante. Porque te esfuerzas y no avanzas. Te esfuerzas y no consigues nada.
Pero, entonces, pasa algo. No será más que una simple mirada o un comentario sin importancia, que hace que vuelva la esperanza. Aunque al final acabas pensando que no es más que masoquismo, que la esperanza es tan puñetera que se va y viene a gusto. Lo que te deja realmente desprotegida. Necesito que pase algo
YA. Porque no queda nada para el final. Y no va a dar tiempo para nada. Pero yo no puedo ser la primera. Soy incapaz. Las consecuencias serían demasiado grandes. (I may not have the guts either.)
BLA BLA BLA BLA. Mucho ruido y pocas nueces. Ah. Soy frustrante hasta para mí misma.
Pasó algo raro en la última entrada y los primeros 4 comentarios se han borrado. No tengo ni idea de por qué, así que lo siento.